domingo, 28 de febrero de 2016

Buenas!

Antes de nada decir que esto iba a ser un whatsapp pero se me estaba yendo de las manos y ya que me pongo digo: me hago un blog, que nunca he tenido uno.

Os cuento cómo hemos vivido la segunda prueba del Enduro Fun Festival.



Sobre las 8:30 llegábamos al lugar de la salida, el parque de La Tejera en Moralzarzal. Allí nos estaba esperando Fernando con las Nuke listas para la batalla en un entorno conocido para nosotros pero que hoy tenía un aspecto bastante distinto al que estamos acostumbrados, la nieve se había acumulado a lo largo del fin de semana y seguía cayendo a buen ritmo.

Nada más llegar Fernando nos comenta que la organización ha decidido suspender uno de los tres tramos debido a la gran cantidad de nieve acumulada. Se trata de Trail to Hell, una de las bajadas que mejor conocemos y mi favorita del lugar. Esto nos deja con dos tramos, New Downhill, por el que todavía no habíamos tenido ocasión de practicar, y Bones, la cual si conocimos en la primera cita del EFF.

El equipo no está en las mejores condiciones, Alberto trae un resfriado bastante serio y Carba y yo seguimos con dolor en rodilla y hombro respectivamente tras las caídas del fin de semana anterior en Vila García de Arousa. Los ánimos sin embrago son otro cantar. Tenemos la suerte de salir entre los primeros, sobre el puesto 30 de 260 inscritos, esto nos permite bajar por una pista en estado más o menos aceptable teniendo en cuenta las circunstancias.

Tomamos la salida y tras pocas pedaladas por la nieve nos damos cuenta de que el ascenso va a ser bastante más duro de lo que suele ser habitual. A pesar de esto subimos a buen rimo y llegamos a la salida de New Downhill en pocos minutos. Allí se congrega un grupo numeroso de corredores ya que al eliminar la organización uno de los tramos, se retrasa la hora de salida. Los ánimos son de lo más diverso, pero todos coincidimos en que va a ser una bajada complicada y no exenta de riesgo. En general la gente ríe, no se si por no llorar. En pocos minutos toman la salida los primeros riders y con ello vienen las primeras caídas a pocos metros de la salida. Vamos a tener que ir con cuidado.

El primero en salir es Alberto, 30 segundos después Carba y otros tantos después yo. La pista tiene mucha nieve y en algunas zonas esta ha desaparecido por el paso de los corredores y se ha convertido en una pasta marrón mezcla de barro, nieve y agua. En pocas curvas sufro la primera caída, se fue la delantera. Nada, seguimos. Parece que voy cogiendo confianza, de la mano de esta viene la velocidad y con ella la segunda caída. La delantera de nuevo, habrá que ser más cauto. Mierda, la cadena. La pongo en su sitio y de nuevo, seguimos. A partir de este punto la pista comienza a ganar pendiente y se vuelve más complicada. En este punto me encuentro a Alberto levantándose, no parece nada así que para abajo. Tercera caída. Qué puede haber fallado? Efectivamente, la delantera de nuevo. Estoy en medio de una pendiente y salto encima de la bici, cinco metros, árbol, cuarta caída. Esta es más fea, caigo sobre el manillar con las costillas y el dolor se hace patente. Me levanto, pasa Alberto, coloco la maneta de freno y seguimos. Un espectador me grita: 'no toques el delantero!', claro! eso es lo que está fallando. A partir de este punto me olvido del freno delantero y parece que así todo va mucho mejor. Alcanzo a Alberto, baja a buen ritmo y adelantamos a algún corredor antes de llegar juntos a la meta. Allí está Carba, el ha optado por la cautela y no ha tocado suelo. Alberto, al igual que yo, cuatro veces.

La siguiente, Bones. Alberto está dolorido y no sabe si subir o no. Los ánimos de Fernando le dan la fuerza para seguir adelante. De nuevo subimos a buen ritmo y en poco tiempo estamos en el avituallamiento de Bones, comemos algo, una meada y al lío. Alberto sale el primero en un hueco, mientras que Carba y yo salimos a la hora prevista. El recorrido de Bones es poco conocido, pero lo suficiente como para que no nos pille nada por sorpresa. A por ella. No toques el delantero.

La pista está bastante mal, mucho barro en la trazada y mucha nieve por fuera. Bones tiene piedras y con la humedad da todo bastante respeto. Voy bajando muy a gusto, rápido, algún salto con cuidado y cuando me quiero dar cuenta estoy detrás de Carba y otro corredor. Pasamos y a los pocos metros Carba me cede el paso en un repecho. A partir de este punto la pista cambia de modalidad y se vuelve rally con un falso llano interminable. Doy pedales como si no hubiese mañana, no quiero molestar a Carba que me acaba de dejar pasar. Tras lo que a mi me parecen kilómetros y muchos gritos de 'ya no queda nada' y similares (cabrones), el terreno da un poco de tregua y me relajo. Árbol, al suelo. No es nada, salto a la bici y escucho el grito de Carba: 'voy!', pero ya he saltado y estoy en medio de la arrancada. Carba, que viene con la determinación de pasar por el hueco, pasa pero conmigo enganchado de no se por dónde. Nos salimos por la derecha de la pista y tras varios juramentos en arameo y danzas de la lluvia, volvemos a la carrera. Yo bastante rápido, Carba tiene que enderezar la dirección. A penas quedaban 100 metros, vaya par de melones, nos habíamos marcado un Vettel - Webber, un Pedrosa - Hayden.

Legamos a la meta. Tenemos los pies helados de andar por la nieve y estamos cansados, magullados y con tal cantidad de barro encima que damos asco. Vamos a contar nuestras hazañas a Fernando y nos echamos unas buenas risas mientras relatamos la croqueta endurera que acabábamos de protagonizar. Sale el Sol. Ahora, no? La organización reparte caldo y unos mini bocatas. En ese momento tienen unas propiedades revitalizantes que ya las quisieran para si las habichuelas mágicas con las que Goku se ponía a tope.

Damos un manguerazo a la bici y nos vestimos de personas. Como hoy parece que no hay nada sencillo, lo tenemos que hacer en la calle, en pelotas. Vamos a ver la llegada del resto de corredores y a tomar unas cervezas con Fernando. Echamos un buen rato hablando de enduro, bicis y de lo que siempre hablamos cuatro tíos con cervezas.

Suficiente por hoy, echamos los trastos al coche y a comer que ¿nos lo hemos ganado?

Una espinilla y un dedo magullados y un moretón en las costillas harán que me acuerde de esta carrera durante unos días. Esta noche ceno tortilla de ibuprofenos.